sexta-feira, 31 de dezembro de 2010

Familia, tribus, herman@s de todas las direcciones:

Les envìo un saludo cariñoso desde esta ciudad bella y màgica de Cuenca, adonde me encuentro de nuevo despuès de ocho años de mi ultimo paso por aqui, y de la operaciòn de cervicales que aqui se me dio, y que me ha dado la oportunidad de seguir caminando por mis propios pies desde entonces. Acompañado de mi compañera Veronica y sus hijas, Carolina y Sofìa, de toda la tribu familiar y tribal ecuatoriana, les estoy adjuntando mis dos màs recientes comunicados:
Uno que resume mi mirada del Consejo de Visiones, el Llamado del Aguila, que puede ser complementado y mejorado, editado con fotos, si alguien se avienta, para que lo podamos subir a facebook y a todas las redes que les interese reproducirlo.
El segundo, es un texto que llevo un tiempo cocinando, y que no queria dejar pasar el 2010 sin enviarles, que es un Manifesto de la Naciòn Arcoiris que creo es un buena base para podernos ubicar en este momento de nuestra historia. Todos los comentarios, seràn siempre bienvenidos.

Agradeciendo por todo lo vivido en este año, por las pruebas, por los logros, por todos los pasos dados, y por la fuerza que hemos logrado volver a juntar para seguir dando al mundo un mensaje de optimismo y esperanza en estos tiempos que tanto lo necesitan.

Estarè de regreso a mediados de enero a Mèxico. Pido por mi salud, la de todos nosotros, y por las almas que estan partiendo y las que estan naciendo, como mi primer nieto andino, Ilan, al que le doy la bienvenida, asi como aprovecho para mandarles en este momento todo mi amor a sus padres, mi hija Mayura, David y los pequeñines bogotanos hermanos, Sebastian y Amaya.

Y claro, a todas mis relaciones familiares, fraternales, tribales, planetarias y còsmicas, a quienes les envio como siempre, mis mejores deseos y bendiciones.

Siempre, para siempre siempre
El Coyote Alberto

Coyote Alberto Ruz Buenfil
Caravana Arcoiris por la Paz
Subcoyotealberto@yahoo.com
http://www.caravanaarcoiris.blogspot.com/
Ecoaldea Huehuecóyotl AP.111,
Tepoztlán, Morelos
ZP 6252, México
Tel: 52-739-3955011



POR UNA RE-EVOLUCION DE LACONSCIENCIA

-2010: AÑO 65 DE LA ERA POST-ATOMICA-


“Llegará el momento de nuestra historia, en que, cuando la mayor parte de las aguas del planeta no puedan beberse o sean propiedad de alguna corporación nacional o internacional, cuando el aire se haya tornado irrespirable por el acumulo de contaminación atmosférica emanada por el conjunto de la especie humana; cuando la energía cósmica del sol y la energía atómica producida por la inventiva de los seres humanos se conviertan en una amenaza radioactiva para toda forma de vida, humana y no humana, y cuando la misma Madre Tierra-Pachamama se haya convertido en un gigantesco basurero, envenenada, explotada, violada, dividida por las propiedades privadas y las propiedades nacionales; llegará el momento cuando una gran parte de la raza humana se haya transformado en un rebaño global de billones de seres inconscientes, presas de una compulsión de consumo ilimitado, competitivos, sin valores éticos, sociales ni espirituales, manipulado por una minúscula camarilla trasnacional de dueños de gigantescas corporaciones, carentes completamente de escrúpulos y de visión futura, cuyas únicas motivaciones sean: el control del poder, el lucro material y la explotación de los dones de la naturaleza y del resto de los seres humanos; llegará el momento cuando parezca que la esperanza se haya convertido en un valor obsoleto, que el futuro de nuestra propia especie esté en peligro de extinción y que estemos condenados a seguirnos exterminando unos a los otros por la obtención de los beneficios más miserables, por la predominancia de nuestros más mezquinos intereses personales o grupales, nuestras ideas o creencias particulares; llegará pues el momento en que, cuando parezca que todo esté perdido y estemos condenando y llevando a nuestro planeta, a nuestra casa común a la destrucción generalizada y a una crisis global, social y natural sin precedentes; y en ese momento comenzarán a surgir por toda superficie de la Madre Tierra, individuos, guerreros y guerreras por la paz, niños especiales, familias extendidas, clanes, grupos organizados, tribus, movimientos y redes de personas que no se identificarán ya más por sus orígenes étnicos ni geográficos, su color de la piel, sus lenguajes, sus tradiciones, sus creencias, sus clases sociales, sus orientaciones sexuales o su género, sus ideologías, su edad o sus preferencias alimenticias, de vestuario, de estilo de vida; y en el que todas esas personas se reconocerán como hijos e hijas de una misma madre sin fronteras, la Madre Tierra, Gaia, Pachamama, Tonantzin, en la que todos nacemos y a la que todos retornaremos, y de un mismo padre, el Padre Sol, Helios, Inti, Tonatiu, quien es origen de vida, de calor, de luz, y fuente energética de la que emana la existencia de todo ser vivo en este planeta.
Y entonces, como fue anunciado y profetizado por l@s abuel@s de muy distintas latitudes y de todos los tiempos, que esa nueva humanidad emergente, formada por seres multicolores de todo el planeta, dará origen a la Gran Nación de los Pueblos del Arcoiris.”
CUANDO LAS PROFECÍAS SE CONVIERTEN EN HISTORIAS
Los hijos e hijas de esta nueva humanidad, la primera humanidad con consciencia planetaria, aquello@s de nosotr@s nacid@s a partir del Año 1 de la Era Post-Atómica (año 1945 del calendario gregoriano), a raíz de las explosiones de Hiroshima y Nagazaki; conseguimos atravesar nuestra infancia y adolescencia, dando nuestros primeros pasos y tropezones, cruzando los siete puentes de la Senda del Arcoiris hasta alcanzar nuestra mayoría de edad en el Año 23 de esa misma Era (1968 del calendario gregoriano).
Fue precisamente en ese Año 23, con el despertar de la Mujer Dormida, que nuestra generación se declaró a nivel planetario en rebeldía y en ruptura radical contra todos los fundamentos de la Sociedad del Espectáculo y de la Sociedad del Consumo, contra todos los sistemas económicos, políticos y de gobierno con sus respectivas ideologías, credos, falsos valores y moralidades hipócritas, y levantamos de nuevo la consigna de “PAZ y AMOR” contra todos los fundamentalismos nacionalistas, militares, económicos, políticos y religiosos, con sus visiones de progreso y crecimiento ilimitado sin importar el costo y sacrificio humano y natural, ni el futuro de las próximas generaciones.
Llamados los “Niñ@s de las Flores”, hippies, comuneros, pacifistas, soñadores, utopistas, contestatarios, fuimos y somos los herederos de las enseñanzas de todos los y las guías del pasado y de todos los tiempos que lucharon por la paz, la libertad, la justicia, la equidad, la solidaridad y el amor universal, y que nos dejaron sus ejemplos de vida para modelar nuestras propias existencias. Fuimos también la primera generación reconocida por l@s abuel@s de distintas tradiciones y culturas que nos antecedieron, y que de acuerdo a sus profecías nos llamaron los “nuevos indígenas de la Tierra,” aquellos en quienes depositaron, para preservarlas, sus enseñanzas, sin importar nuestros colores de pieles o nuestros orígenes geográficos, étnicos, sociales o culturales.
Y desde entonces comenzamos a multiplicarnos y a unirnos por todas las biorregiones de nuestro planeta-oikos o casa común con una visión y una misión común y prioritaria: REHABITARLA CONSCIENTEMENTE, CUIDARLA, PROTEGERLA, DEFENDERLA, REGENERARLA, CELEBRARLA Y RECREARLA a lo largo de todas nuestras vidas, sembrando esas semillas en las próximas generaciones a través de nuestros pensamientos, intentos, palabras, sentimientos y acciones personales y colectivas.
A partir del Año 27 de la Era Post-Atómica (1972 del calendario gregoriano), la leyenda profética del surgimiento de la Nación del Arcoiris, proveniente de las culturas indoamericanas de todo el continente y de las mitologías de una gran mayoría de las civilizaciones de la Tierra, comenzó a convertirse en historia, con el surgimiento sincrónico de las primeras organizaciones, familias comunitarias y tribus y que adoptaron el símbolo del puente luminoso o arco-iris como su emblema, y que desde entonces vienen congregándose anual y cíclicamente en los Encuentros del Arcoiris (Rainbow Gatherings) caminando esas profecías y construyendo redes locales, biorregionales y planetarias para reconstruir el descompuesto y enfermo tejido social humano, y para proteger y regenerar el igualmente destruido y enfermo tejido natural que es sustento de vida de todos los habitantes de este nuestro hogar-oikos terrestre.
En el año 42 de la Era Post-Atómica (1987 del calendario gregoriano), respondiendo a antiguas y nuevas profecías mayas y galácticas, por primera vez en nuestra historia humana, estas primeras generaciones de “gente del arcoiris” o “gente de la tierra”, nos convocamos a una celebración o Convergencia por la Armonía Planetaria en la que participamos millares de guerreros y guerreras del arcoiris y millones de personas del mundo entero, declarando mediante millares de acciones simultáneas por el cuidado y defensa de la vida, que somos parte de una misma humanidad, con un mismo origen y un mismo destino, y con una misma responsabilidad por el futuro de nuestra especie y el de todas las formas de vida con las que compartimos este hogar, especialmente por el cuidado de los cuatro elementos naturales de los cuales dependemos: el agua, el aire, la energía o fuego y la tierra con sus montañas, ríos, mares, desiertos, bosques y demás especies vegetales y animales.
En el año 47 de la Era post-Atómica (1992 del calendario gregoriano), se celebró en Rio de Janeiro la Cumbre de la Tierra, reuniendo por primera vez en la historia a la mayor parte de los líderes y gobernantes políticos del mundo y a los representantes de millares de organizaciones, redes y movimientos sociales y ambientales altermundistas de todo el planeta, así mismo como a docenas de líderes de pueblos originarios indígenas de todos los continentes, para analizar y discutir el estado de deterioro creciente del Medio Ambiente, y para intentar consensar una agenda, llamada Agenda 21, que siente las bases de una cultura ecológica y de paz, y de una constitución por los derechos de la Tierra a nivel global.
En dicho evento histórico realizado en Brasil, los representantes de los pueblos indígenas, rojos, amarillos, negros y blancos, acompañados de activistas altermundistas de todo el planeta, se manifestaron como los guardianes y custodios tradicionales de la Pachamama, y denunciando la absoluta falta de representatividad de sus pueblos en los foros políticos de la Cumbre, levantaron la bandera de la Wipala, la antigua bandera arcoiris de la confederación de los pueblos andinos de los cuatro rincones del Tewantinzuyo, como su emblema común, auto-nombrándose la “gente de la tierra,” los chakarunas o seres puentes que anuncian el despertar del nuevo ciclo del tiempo, el 10º Pachakutec.
En el año 49 de la Era Post Atómica, (1º de enero del año 1994 de la Era gregoriana), el mundo entero se despertó con la noticia de un levantamiento armado indígena en las selvas del Sureste mexicano, declarando el inicio de una Guerra Florida, al estilo de los combates rituales entre pueblos originales, contra el gobierno priista y el sector más corrupto del ejército mexicano, contra el (NAFTA) Tratado de Libre Comercio, contra más de 500 años de marginación de los pueblos y naciones indígenas, clamando por sus derechos sociales, culturales y espirituales. Asumiéndose como herederos del zapatismo libertario de los años 1910-1917, y de las profecías mayas del legendario Votán, los insurgentes mayas-zapatistas inauguraron un nuevo tipo de lucha de resistencia, activa, inclusiva, mediática, teatral, de diálogo y para dar voz y rostro a todos aquellos que nunca la tuvieron. Su movimiento ha inspirado y sigue inspirando a los pueblos mestizos e indígenas de toda Latinoamérica y a grupos y movimientos del resto del mundo, que desde entonces han conseguido importantes victorias políticas y sociales a nivel continental, y a la creación de los Foros Sociales Mundiales y Nacionales, que han llevado al poder en años consecuentes a líderes y luchadores populares en países como Venezuela, Brasil, Bolivia, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Uruguay y Paraguay entre otros, reconociéndose como naciones bolivarianas, revolucionarias, plurinacionales y comunitarias. En varias de ellas, levantando la bandera arcoírica de la Wipala como su emblema de identidad panamericana.
En el año 54 de la Era Post Atómica, (año 1999 de la Era gregoriana), tuvieron lugar las primeras manifestaciones contra la cumbre de la OMC (organización Mundial de Comercio) en Seattle, donde miles de personas convocadas principalmente por sindicatos, organizaciones ecologistas, profesionales, anarquistas, indígenas, mujeres, gays, lésbicas y personas comunes, se movilizaron en las calles contra la OMC, hasta hacer fracasar la llamada Ronda del Milenio, todo al margen de cualquier partido político. Estás acciones están consideradas como el inicio de una nueva etapa del movimiento antiglobalización, con sus banderas arcoíricas y consignas por la Paz, el cuidado de la Tierra, la justicia social y el fin del hambre en el planeta. Según el departamento de policía de Seattle esta manifestación contó con 40.000 participantes aproximadamente, que desde entonces se han convertido en millones en las sucesivas reuniones de la OMS, el G-8, el Banco Mundial, la cumbre económica de Davos y las COPS o Cumbres por el cambio climático. El nombre genérico con que estos herederos en la acción directa han recibido, es el de altermundistas. Uno de sus principales y más activos voceros en el mundo, padre de la llamada “Ecoteología de la liberación,” el brasileño Leonardo Boff, termina uno de sus libros, “La Voz del Arcoíris”, publicado en el año 2000 con las siguientes palabras:
“Las reflexiones de este libro están atravesadas por estas ideas, sueños y utopías. Tenemos la profunda convicción de que representan lo que debe ser. Y lo que tiene que ser tiene la fuerza irresistible de la primavera cuando llega el tiempo de su irrupción. Entonces nos sentiremos todos ligados y re-ligados, unos a otros, como hijos e hijas del arcoíris que sobre todos se extiende y a todos abraza y bendice.”
En el año 57 de la Era Post-Atómica (2002 del calendario gregoriano), por primera vez también en nuestra historia humana, millones de seres humanos provenientes de todos los pueblos y naciones, clases sociales y religiones, ideologías y creencias, edades y géneros, salieron a las calles en todos los rincones de la Tierra, manifestando su repudio a la invasión del Iraq, iniciada por las grandes Corporaciones trasnacionales y sus ejércitos mercenarios comandados por los Señores de la Guerra, en su afán de mantener el control sobre los mayores yacimientos de petróleo del Oriente y del mundo. Y la bandera que encabezó las marchas multitudinarias, las manifestaciones y las más diversas expresiones de rechazo a esa guerra, como a todas las guerras fratricidas, genocidios y de exterminio, fue precisamente la bandera de la Nación del Arcoiris, con la palabra PACE=PAZ inscrita a lo largo de sus siete colores.
En este año 65 de la Era Post-Atómica (2010 del calendario gregoriano), en una gran cantidad de países del continente americano se celebran las fiestas de conmemoración de sus respectivas luchas de Independencia de las naciones coloniales que hasta hace 200 años, mantenían a los pueblos indoamericanos, mestizos, criollos y afro descendentes dominados y esclavizados, explotándolos por sucesivas generaciones, así como a todas sus riquezas naturales. En México se celebra también en este año, además del bicentenario independentista, el centenario del inicio de las gestas que culminaron con la Revolución Mexicana de 1910, marcando el empiece de las revueltas e insurrecciones populares del siglo XX contra los regímenes dictatoriales, civiles y militares, surgidos en la mayor parte de las repúblicas “independientes” de una gran parte del planeta.
Al aproximarnos al cierre de la primera década del siglo XXI, y a las puertas del 67 año profético de la Era Post-Atómica (2012 del calendario gregoriano), de frente al crítico panorama global de derrumbe de los sistemas de valores y psicológicos que sustentan los tejidos sociales; de la inseguridad y la violencia generalizada provocada por las mafias y carteles coludidas de delincuentes comunes, gobiernos, sociedades y medios de desinformación y manipulación masivos; de la devastación sistematizada de los sistemas ecológicos biorregionales, del desequilibrio provocado por los inminentes cambios climáticos en nuestro sistema planetario, y de frente a las profecías apocalípticas que anuncian el fin de los tiempos, nosotros, los hijos e hijas de la Madre Tierra y del Padre Sol, recapitulando sobre los antecedentes históricos de estas últimas seis décadas, hemos decidido levantar este Manifiesto de la Nación Arcoiris.
Nuestra visión y misión se refleja en la siguiente consigna: “POR UNA RE-EVOLUCIÓN CONSCIENTE DE NUESTRA ESPECIE, CELEBRANDO NUESTRA INTERDEPENDENCIA CON TODOS LOS SERES VIVOS, HUMANOS Y NO-HUMANOS, CON LOS ELEMENTOS NATURALES Y LAS FUERZAS DEL COSMOS, Y POR LA EMERGENCIA DE UNA CULTURA DE PAZ PLANETARIA.”
Y es por ello, que queremos convocar, a que a partir de este año, comencemos a articular nuestras redes vivenciales y virtuales, en los cuatro rumbos de la Madre Tierra, para crear a nivel local, biorregional, virtual y planetario nuestros Consejos de Visiones de Guardianes de la Tierra, promoviendo eventos, acciones, festivales, ceremonias, la creación de redes sociales, presenciales y digitales, de acorde con las visiones y misión que nos unen, integrándonos y complementándonos precisamente a partir de nuestras diferencias.
Por ello, proponemos empezar a constituir nuestros propios “Consejos de Abuelos y Abuelas de la Nación del Arcoiris,” integrándonos aquell@s de nosotr@s que nos identifiquemos con estas propuestas, los que nos antecedieron señalándonos el sendero, los que provenimos de estas generaciones de la Era post-atómica, y aquell@s de nuestr@s hijos y niet@s que hemos caminado y seguimos caminando y cruzando los siete puentes de colores del Arcoiris, con el objetivo de sentar por el ejemplo y no solo por las palabras, las bases de una civilización basada en el respeto, la inclusión, la cooperación, la fraternidad, la búsqueda de la armonía, la solidaridad, el amor y el cuidado por la vida, en todas sus manifestaciones.
Y para dar un primer paso en la afirmación de esta propuesta, hemos convocado a la integración de nuestro “1er Consejo de almas ancianas, abuelos y abuelas de la Nación del Arcoiris,” con aquell@s de nosotr@s presentes en el 10º. Consejo de Visiones o “Llamado del Águila”, realizado en Noviembre en la Aldea temporal de Paz que levantamos en Temictla, Chalmita, en el estado de México.
Para ello, invitaremos a aquell@s de nosotros que así lo sintamos, a compartir en respeto nuestras experiencias de vida, y para prever los próximos pasos de nuestro movimiento, sentados en tres círculos alrededor del fuego. Uno de estos círculos será conformado por l@s abuel@s de más de 52 años de edad que hemos caminado por la Senda del Arcoiris por un mínimo de 26 años; el segundo, por nuestr@s “jóvenes abuel@s,” aquell@s que ya nacieron y que siguen caminando por esa misma senda y que serán los receptores de nuestros bastones para seguir manteniendo viva esta profecía y convirtiéndola en historia. El tercer círculo se formará con aquellos que hayan respondido al “Llamado del Águila,” y que por primera vez se acerquen al Consejo de Visiones, para compartir y ser testigos de este evento histórico y trascendente.
Con este acto, sembraremos una nueva tradición para nuestros futuros Consejos de Visiones, al mismo tiempo que lanzaremos esta invitación a otros Consejos similares, para apropiarse de esta iniciativa y para afirmar nuestra madurez como un movimiento social planetario, sin antecedentes y sin fronteras, que reivindica su pasado, afirma su presente y se proyecta como una propuesta de vida para las próximas siete generaciones.
POR TODAS NUESTRAS RELACIONES
O´MTA KUOYASIM
CAMINANDO LAS PROFECIAS
Este manifiesto, redactado por Coyote Alberto Ruz en el mes de octubre del 2010, un mes antes del “Llamado del Águila”, preveía ya que durante nuestro encuentro de tribus, pudiésemos visualizar y formalizar en algún tipo de ceremonia, que el Consejo de Visiones de Guardianes de la Tierra es un árbol de la vida que simboliza, en sus raíces, la herencia ancestral proveniente de la herencia genético-cultural amestizada de las cuatro familias-madre de la humanidad, la negra, la amarilla, la roja y la blanca, en su tronco a aquellos que constituimos la primera generación de miembros de la familia del la humanidad arcoiris; en las ramas a nuestr@s hij@s y aquell@s niños y jóvenes índigos, cristales e arcoíricos ya nacidos y crecidos en los valores emergentes de esta nueva humanidad, en las hojas, nuestr@s niet@s y aquell@s que inician su caminada para atravesar los siete puentes que llevan a la fuente de donde nace el Arcoíris; y en los frutos, aquellos que están por nacer y que disfrutarán de este proceso de re-evolución consciente de nuestra especie. El jueves 18 de Noviembre, contando con la presencia de cerca de trescientas personas y testigos de más de treinta nacionalidades, esta ceremonia tuvo lugar bajo la carpa arcoíris en el eco-campamento de Temictla, durante el 10º Consejo de Visiones.
Coyote Alberto Ruz
Coyoacán, Ciudad de México-Diciembre 15 del 2010.


Y LA MAGIA ACABÓ SIENDO LA PRINCIPAL COORDINADORA DEL “LLAMADO DEL ÁGUILA”

Por Coyote Alberto Ruz

Huehuecóyotl, Morelos y Cuenca, Ecuador.

Diciembre del 2010.

Fue casi un año de preparativos, reuniones mensuales del Grupo Semilla y de grupos de trabajo y comisiones, ires y venires de cientos de correos en el Internet, acuerdos y desacuerdos, consensos y discensos, alianzas estratégicas, coqueteos, noviazgos, matrimonios y divorcios, propuestas y bloqueos, hasta que finalmente se fue acercando el día cero, sábado 13 de noviembre, y finalmente pasamos de las palabras a la acción.

El “X Consejo de Visiones”, también convocado como “El Llamado del Águila” estaba por comenzar, y de las cuatro direcciones comenzamos a peregrinar para asistir a la cita en el campamento Temictla, nuestro primer “consejódromo”, situado en un gran valle terrazeado, rodeado de montes y bosques, en los terrenos que forman parte de la ecoaldea Ñerika, y del proyecto Om Sua, dentro de la localidad de Chalmita, municipio de Ocuilan, estado de México.

Con este evento cerrábamos un ciclo de 10 Consejos de Visiones realizados en México a lo largo de casi de dos décadas, iniciado en el 1991 con el primero en el Centro Ceremonial Ñañu de Temoaya, y que en esta su décima edición incluyó también otras tres propuestas: El encendido del Fuego Nuevo, iniciativa de la Red Anahuac; el Festival artístico Omeyoacuan, y la reunión anual de los representantes de la Red Iberoamericana de Luz. Se trató pues de un ambicioso intento de conseguir en un mismo gran encuentro, juntar a artivistas, sanadores, guardianes de tradición, niños y jóvenes provenientes de distintos puntos del planeta.

Cerrábamos en Temictla también un ciclo iniciado en el año 1996, con la realización del 1er Congreso Biorregional de las Américas de Meztitla, evento en el cual la iniciativa de la Caravana Arcoiris por la Paz se comprometió a llevar al Sur del continente la experiencia de los Consejos de Visiones mexicanos, para sembrarla a lo largo de lo que serían, trece años de peregrinaje. Y esto se logró en distintos países como Costa Rica, Colombia, Venezuela, Puerto Rico, Cuba, Ecuador, Chile, Argentina, pero muy especialmente en ocasión a dos grandes encuentros internacionales: El Llamado del Cóndor, en el año 2003, realizado en el Valle sagrado del Urubamba, en Perú; y el Chamado do Beijaflor (Llamado del Colibrí-2005), en la Chapada dos Veadeiros en Brasil.

Temictla, el sitio escogido para la reunión, localizado a pocos kilómetros del santuario de Chalma y del santuario del Ahuehuete sagrado, lugares de poder adonde convergen más de diez millones de peregrinos al año, fue cuidadosa y amorosamente preparado por casi ocho años por un grupo de apasionados visionarios, liderados por Armando y Anja, fundadores de Ñerika, quienes contaron con la asesoría de uno de nuestros más experimentados jóvenes permacultores, Odin, y con el apoyo logístico de Benjamín y Fausto y docenas de personas que en esos años contribuyeron con su amor, trabajo, sudor, sangre, oraciones, cantos y danzas, para crear un sitio donde nuestras visiones pudieran encontrarse en paz y en armonía, en respeto las unas con las otras, y con todo el maravilloso entorno natural que lo rodea. El gran peso de la producción del Llamado, quedó precisamente bajo la responsabilidad de este equipo incombustible y entregado, anfitriones maravillosos que no solo abrieron las puertas de su hogar, sino que nos hicieron a todos los que llegamos al Llamado, sentirnos de la casa, tanto para su disfrute como para su cuidado.

Una semana antes del día del inicio del Consejo, comenzaron a llegar los primeros y sobre todo, las primeras voluntarias para ayudar con el montaje de nuestra Ecoaldea Temporal de Paz, y en la tarde del 11, llegamos Verónica y yo, a bordo de la legendaria Mazorca y con la Carpa Arcoiris, para compartir en ese proceso y aportar al Llamado toda la experiencia recogida en 13 años de camino por las rutas del Sur.

En medio de un valle de terrazas, rodeado de montes y bosques, nos encontramos con un circulo de piedras pintadas de rojo, blanco, amarillo y negro, representando a las cuatro naciones madres de la humanidad, y en cuyo centro se encuentra un árbol-palo adornado de amarres de tabaco, que sirve como eje desde el cual los danzantes del sol se cuelgan para ofrendar sus oraciones, sudor, sangre, hasta que la piel de sus pechos se rompe bajo el peso de una cabeza de bisonte y con ello cumplen su obligación anual como ofrenda al Gran Misterio.

Hacia el norte, ya está preparándose el espacio del Consejo de Tradiciones, con sus temazcales, sus tipis, su fuego sagrado y su altar wirrárika, ya que en este Consejo, son los huicholes quienes vienen en mayoría a traer sus ceremonias para todos los presentes. Ahí también están ya acampando algunos abuelos, Don Faustino, Don Andrés, los guardianes del fuego y los corredores de los temazcales.

Al oriente, nos ubicamos nosotros, los que tenemos casas rodantes, coloridas, y detrás del tecorral, se encuentran los espacios del Consejo de Salud, a cargo del Guru Gómez y su heredera Dalia, del compadre Lalo de la Garza, y posteriormente del equipo del sanador pranico Gabo Zapata y sus haditas de la Conchita de Coyoacán, con sus carpas y su maloca piramidal, adonde se llevaran a cabo las sanaciones, demostraciones y talleres de los curanderos, terapeutas y demás brujos y brujas buenas de la Aldea.

Al Sur, se erigió la gran lona y el escenario para los conciertos y el Consejo de Arte y Cultura, con sus techados de palma para realizar talleres de máscaras, pintura, señalética, y donde se presentarán cada noche distintos grupos musicales, de toda la gama conocida: rock, raggae, etno, world music, jaraneros, DJ´s provenientes de Inglaterra y USA, hip hopers anarco-libertarios como el Roco y Moyenei, voces celestiales, como las de Marissa y Luisa de Lille, ritmos sabrosos de Casa Verde, cantos totonacas y nuevas composiciones de Deva y Pedro Vadhar, y media docena más que seguramente Luix Saldaña completará cuando le llegue este Comunicado.

En esa misma dirección, están los baños secos, composteros, y las duchas colectivas, “La Tortuga Ciclópea,” lonchería alternativa que montaron Marisela y su familia, y el William con su café veracruzano, y que fue un sitio altamente visitado, a todas horas del día y de la noche, cuando los horarios del comedor comunal estaban ya cerrados.

Más allá, se encontraba el espacio del Consejo de los Niñ@s, con su lona amarilla bajo la cual se encontraban una gran cantidad de materiales para realizar actividades lúdicas y talleres de todo tipo, con un equipo de niñas eternas para jugar con ustedes, la Ale Balado, Luchy, Alegría, Ximena, la gente de Ecomundi, y sobre una colina, la tienda colorada del Consejo de Jóvenes, de donde surgieron muchas iniciativas y actividades que juntaron, por primera vez en nuestros Consejos, a un buen número de chavos y chavas de distintos clanes, listos a tomar el bastón de manos de nosotros, sus hermanos mayores, y a quienes este Consejo les abrió de nuevo la visión y el horizonte, las puertas de la percepción consciente para poder mirar más allá de los ipods, del chat, los antros, los videojuegos, los shoppings, el abuso del alcohol y el tabaco, y de toda la gama de pendejadas que los convierte en un rebaño indiferenciado de atrofiados consumidores, como a muchos de los jefes de sus cuates e incluso a algunos de sus progenitores. Aho! pues Laolín, Arún, Carmen, Xuna, Lea, Merlin, chavos anarcopunks, Krisna, Jerónimo y el resto de la banda. Espero que no se dejen devorar por el consumismo, los gadgets electrónicos, y los falsos universos virtuales que les ofrece la publicidad para adormecerlos. Manténganse alertas y despiertos!

Ya para el poniente, se estableció un buen contingente de carpas sobre varias terrazas, asemejando una colmena colorida, de madres y padres reina, con sus respectivas proles, incluyendo una zona VIP, donde algun@s de nuestr@s “consejeros semilla” montaron su cuartel general, con cafecitos, tecitos, jugos, jamoncito serrano, quesitos ricos, galletitas y demás delicateses, para complementar la dieta espartana pero rica y abundante que nos ofreció el Llamado durante toda la semana.

En esta dirección fue también levantado el gran tipi de la Gran Madre, para el Consejo de Espiritualidades ecuménicas, con su fuego sagrado ardiendo día y noche por los ocho días que duró el Llamado, cuidado permanentemente por un relevo de guardianas, lideradas por la incombustible joven abuela Verónica, trayendo el fuego de los campamentos del cóndor del Sur, para unirlos a los de los pueblos de las águilas. Las abuelas Angélica, de Toluca, y Alas de Águila, de Caracas, estuvieron también ahí, siempre presentes, para compartir la sabiduría añejada por los años de experiencia, el cariño, el cuidado de las hermanitas menores. Formando un cuarteto muy potente, las abuelas, incluyendo a la guardiana chilena Ximena y a una docena más de sacerdotisas de la Diosa, supieron mantener el calor día y noche de ese corazón pulsante, acompañado al abuelo fuego con cantos, ofrendas, rezos, danzas, palabras de poder, curaciones y todo tipo de compartires de beneficio para todos los habitantes del campamento.

Al Poniente, sobresaliendo como siempre en los anteriores Llamados, se encontraba también la Gran Carpa Arcoiris, con sus banderas y sus banners coloridos, que fungió como la sede principal de nuestras plenarias cada día, y del Consejo de Ecología y los movimientos biorregionalistas, con sus talleres, congresos, mesas redondas, enfocadas en ofrecer y compartir propuestas para el mejor cuidado de la Pachamama y de la vida toda.

En una de sus puertas, se colocó estratégicamente la mesa de registro, a la cual pasamos todos los asistentes, para dar nuestros datos, pagar nuestras cuotas y recibir los brazaletes de identificación correspondientes al tiempo que permaneceríamos en la Aldea. Ahí mismo se encontraban los paneles de información, con sus tableros de actividades, oferta de talleres, de caminatas, de eventos por venir, de mensajes, y los programas para cada día de la semana. Por Consejos y por Comisiones.

La variedad de actividades, como siempre en los Consejos, fue impresionante. Cada Consejo ofreciendo su propia programación, además de la general, a la cual estábamos convocados, para eventos de participación, todos los ecoaldeanos.

Durante las plenarias, se discutieron cada día temas de interés general, explicaciones del funcionamiento de los clanes o grupos de trabajo participativo, a su vez que de contención emocional, se compartieron palabras e informes, y se tomaron decisiones para distintos temas que nos implicaban a todos los presentes. También ahí se hicieron cada día las peticiones de voluntari@s para trabajos de emergencia, todo el proceso facilitado por vari@s de nuestras estrellas en procesos grupales, como Liora, Ulyses y nuestra inigualable Laura.

Por primera vez en los Consejos y Llamados, no utilizamos la metodología del “consenso” tal y como lo habíamos hecho anteriormente, después de haber constatado que dicha herramienta, muy eficaz para algunos tipos de situaciones, grupos y eventos, no lo es en todos los casos. También debido a que nos hemos dado cuenta que una gran parte de los participantes que asisten por primera vez a nuestros eventos, no tienen una formación o preparación para utilizarla correctamente, y en algunos casos no están de acuerdo en utilizarla. Especialmente porque en el Consejo de Visiones compartimos muchas diferentes formas de tomar decisiones y no tiene caso reducirlas a una sola. De hecho, durante el Llamado del Águila, cada Consejo lo hizo autónomamente. Sin embargo, estamos convencidos que la facilitación es un elemento fundamental para prácticamente todo tipo de reunión democrática y no jerárquica de personas, y por ello recomendamos que mientras más aprendamos cómo facilitar, utilizando distintas metodologías, mejor funcionaran las reuniones, plenarias, discusiones, y mejores decisiones se alcanzaran durante los procesos participativos.

En el costado poniente del campamento y a un lado de la Carpa Arcoiris, se establecieron la cocina comunal, el gran comedor, la panadería, las estaciones de lavado de trastes, la composta y la estación de reciclaje. Durante los ocho días que duró el Llamado, se sirvieron tres alimentos para las 400 o 450 personas que ya estaban acampando en Temictla por promedio cada día. Los equipos de cocina fueron coordinados por nuestro chef estrella Francisco José, con sus hijos Júpiter y Alain sus nueras y sus nietos. Apoyados por un voluntariado permanente de Consejeros entregados al servicio como Bety Padilla, varias señoras de Chalmita y por los distintos equipos de clanes que cada día se rotaron para ayudar y que mantuvieron siempre en la gran cocina un espíritu de alto nivel de alegría, amor, limpieza, que favoreció a que nunca pasáramos hambres, y que no tuviésemos ninguna complicación con las digestiones del personal. Algo que en este tipo de eventos en medio rural y rústico, no siempre es fácil conseguir. Ahó por ello también!!! Y gracias por los panes calientitos y los roles de canela, tanto de día como de noche!!!! Fabulosos.

El sábado 13 encendimos el fuego social, con brazas provenientes del fuego de tradiciones, y de éste salieron las brazas un par de días después, para encender el fuego del tipi de la Gran Madre, quedando los tres mantenidos prendidos día y noche, para efectos y propósitos distintos. El fuego de tradiciones para alimentar las piras de madera utilizadas para los dos temazcales; el social para los círculos de palabra, cantos de distintas culturas, compartir de historias y leyendas orales, para las grandes celebraciones, y más tarde para calentar las pieles de los tambores y los huesitos en las heladas medianocheras y matinales. El fueguito del tipi de la Gran Madre, para mantenerlo caliente para las mujeres en sus lunas, para ayudar a aliviar dolencias del cuerpo, del alma y del corazón, un rico fuego de enseñanzas y aprendizajes, de intimidad, de relatos, para los pequeñines, para las y los que buscaban a la sororidad para volver a integrarse con la tribu humana.

Intentar levar una bitácora de las docenas de vivencias que compartimos en esa semana, sería una tarea arda y prolongada para todo un equipo juntando los pedazos de ese complejo rompecabezas. No sé si es necesaria, pero se la dejo a otr@s, así que aquí yo solo voy a intentar ofrecerles un leve testimonio del feeling general del campamento y de algunos de los momentos más bellos que todos evidenciamos. Buscaré ser objetivamente subjetivo, o subjetivamente objetivo, y mis cuentos serán tan solo unos cuantos, entre otros miles de cuentos que otros contarán a su manera.

Así que, empiezo con la canción de Lennon de Imagina, y les dejo a ustedes la tarea de pensar en un mundo sin fronteras, sin leyes, sin posesiones, sin nada porque matar ni nada porqué morir, sin religiones y sin partidos políticos, un mundo en el que los niños corren desnudos o con coronas de flores en la cabeza por los prados, exploran los linderos del bosque, se pierden en los causes del riachuelo, pero siempre son cuidados por todos los demás, pues ellos son de todos nosotros, no tan solo de sus padres y sus madres. Imagina un mundo en el que las caracolas llaman a formar los círculos, a formar las filas para recibir los alimentos, para limpiar cada quien lo que ensucia en tres grandes ollas de agua, para aprender a cuidar cada gota de ella. Imagina un mundo con opciones para aprender cada día cosas nuevas, para construir hornos de leña, domos geodésicos, enormes muñecos con ramas, hojas y semillas, para aprender a curarnos con las manos, con yerbas, recogiéndolas e identificándolas en los paseos con nuestros brujos urbanos.

Imagina un mundo sin papeles, ni bancos, ni cárceles, ni policías, un mundo donde cuidan y velan por tu seguridad en la noche los hermanos-guerreros de las bandas anarco punks, coordinados por la incombustible sister Helen Lembal, sin más armas que su presencia, vestidos de cuero negro y estoperoles, sus miradas, sus manos fuertes y sus artes marciales. Un mundo en el que las mujeres no tienen porqué sentirse menos o vulnerables, pues nadie puede tocarlas, sin su permiso, y eso, tan solo para acariciarlas, darles un abrazo, cariño, apoyo emocional, y hacerlas sentir que si es posible sentirse seguras. Que no se trata tan solo de un ideal relacional descrito en los textos ecofeministas sobre la historia de los tiempos en los que el culto de las Diosas, realizados por sus sacerdotisas en los templos de la luna, era algo normal y general en los grandes centros ceremoniales y en la sociedad, ya que estos se erguían al lado y a la par en importancia de los templos del sol de sus hermanos sacerdotes. Tiempo de enterrar las hachas de guerra y de celebrar el encuentro amoroso entre los hombres y las mujeres. Fuimos, somos y seremos siempre ese ying yang inseparable, incluso los más machistas y las más radicales feministas de entre nosot@s.

Imagina un mundo donde el centro de la enseñanza, a todos niveles, es el cuidado de la Madre Tierra. Donde palabras como ecología, biorregionalismo, permacultura, bioconstrucción, producción orgánica de café, frutas, legumbres y preparación de compotas y mermeladas, reciclaje, compostaje, captación de aguas, protección de bosques, rescate de cuencas, cambio climático, diseño de ecoaldeas, redes de ecoaldeas y ecobarrios, biofiltros, arrope, huertos verticales, mandalas de plantas medicinales, compostas lombriceras, baños secos, aprovechamiento de residuos sólidos, ecopedagogía, escuelitas alternativas, preparación de conservas no son más palabras extrañas, sino de uso diario, para niños, jóvenes y adultos, y que puedes vivir, aunque sea tan solo por unos días de tu vida, en un sitio donde todas esas palabras ya se están caminando. Donde puedes aprender a ser eco-consciente a cada paso que das, tan solo desarrollando tu capacidad de atención a lo que haces, donde pisas, de donde bebes, adonde van a parar tus desperdicios, y como se construyen las casas y se diseñan los espacios.

Imagina un mundo donde podemos dar reconocimiento y agradecimiento en tiempo presente y llamar “héroes y heroínas culturales” a nuestros pioneros verdes locales y a los que llegaron al Llamado proveniente de otras biorregiones hermanas: Holger, Odín, Lou, Guy, Marina, Ana Lechuga, Arturo, Cristina, Fabio, Laura, Armando, Arnold, Noelle, Emilio, Clorofila, Anja, Liora, Andrew, los tres Patos Gómez, Carlos Rojas y Carlos Ríos, Mono, Javier, Heriberto, Virginia, Jacques, Conchita, Mamadoc, Chris Wells, Tracy y tant@s otr@s que irán apareciendo en esta u otras listas con el paso del tiempo.

Imagina un mundo en el que los jóvenes no tienen porque sentirse marginados, sino todo lo contrario, donde se les alienta y enseña a compartir su palabra, donde los veteranos les explicamos cómo pasamos nuestra etapa de sexo, drogas y rock and roll, sin dejar la salud, la cordura, la razón ni mucho menos la vida en ello, y de la que salimos fortalecidos y más claros de cual era nuestro camino de corazón, nuestra misión de vida, y conseguimos, unos cuantos pocos, dejar de ser jóvenes y pendejos, para transformarnos en viejos y sabios. Recordándoles que el mundo está lleno de viejos pendejos, que nunca dejaron de serlo a través de su juventud, madurez, edad adulta y sus años de padres de familia. La edad sola, no garantiza ninguna sabiduría para quien no sabe aprender de sus tropiezos y para los que por arrogancia se niegan a aprender de las enseñanzas de los que ya caminaron los senderos antes que uno.

Imagina un mundo de personas a las que ya no importa saber de dónde vienes, sino donde estas. Para las que ya no tiene ninguna importancia si tu piel es más oscura o demasiado blanca, si creciste en una familia judía, guadalupana, hippies o si en tu casa no profesan nada, si tus padres tienen cinco carros y cuentas en bancos europeos, o si son empleados, campesinos, artesanos, terepeutas u obreros, y tu decidiste salir al mundo con tu mochila a encontrar tu propio oficio o destino, si estudiaste en un colegio privado, de estado, alternativo, o si no fuiste nunca a la escuela, si vienes de la loma o de la favela, del Sur o del Norte, de la costa o de la capital, de provincia o del extranjero, porque cuando te quitas la ropa para entrar desnudo al temazcal, y ves a tu alrededor, lo único que es cierto y comprobable, es que en el bajo vientre tenemos todos un ombligo parecido.

Imagina un mundo en el que se saluda al sol cada mañana y cada atardecer, con cantos y danzas de distintas culturas, de algunas de las cuales nunca había escuchado. Y que se forman cada tarde enormes círculos de personas, de todas las edades, bajo la gran carpa del Arcoiris, para seguir las instrucciones del hermano Mono Calero que te enseña rezos, cantos y danzas de paz universal de todas las distintas religiones: sufís, ortodoxas, hebreas, cristianas, indoamericanas, africanas, hindús y tibetanas, cantos a la Guadalupana, a Pachamama, al hermano viento, al abuelo fuego. Y que como una maravillosa mandala en movimiento, las manos siempre juntas, centenares de personas comulgan así de una manera ecuménica, si distingo de origen, las creencias, oraciones, rituales de toda la Tierra.

Imagina un mundo con conciertos musicales cada noche, en los que no es necesario emborracharse para desinhibirse, donde no es necesario sentirse avergonzado porque nadie te saca a bailar, o donde ni siquiera tienes que sentirte mal por nunca haber aprendido a hacerlo, un mundo sin pastillas, tachas y polvos mortales producidos masivamente por los carteles del crimen organizado, para embrutecerte, para hacerte subir y bajar como un zombi, bajo los efectos de la manipulación electrónica y la batuta de un aparato que te programa con su punchi punchi mecánico y sus luces fosforescentes y sincopadas, a repetir movimientos espasmódicos, desarmónicos, solitarios, para mandarte adentro en tu pequeño mundo psicológico, ahí donde mandan tan solo tus ilusiones y tus miedos, y donde vives la apariencia y maya de ser tribu, para despertar al amanecer, crudo y aturdido, y darte cuenta que apenas formas parte de un rebaño. Listo para tomar un baño y correr de nuevo a marcar tarjeta en tu establo preferido, llámese escuela, trabajo o establecimiento.

Imagina un mundo con príncipes y princesas que te enseñan a danzar afro, a subir y bajar por las telas y mecerte con gracia en los trapecios; que te introducen a la sublime dignidad de las danzas giratorias de los dervishes Sufis, con sus vestidos blancos y sus capas oscuras, sus sombreros como conos apuntando al cielo, mientras la Madre Superior de la Nación afro-islámica Tynetta Muhammed te observa con su mirada de paz y de dulzura sin horizontes; maestros que te enseñan a tocar con armonía y ritmo los tambores, para desarrollar tu oído y tu atención para no cubrir con la sordera de tu ego o ignorancia las voces de otros instrumentos más sutiles, o del más sutil de los instrumentos, la voz humana. Un mundo donde aprendes del conteo de los ciclos lunares, solares, venusinos, pleyadianos, para ofrecerte las herramientas para tu mismo volverte a programar de acuerdo a los tiempos de la naturaleza y del cosmos. Para no tener que correr tras las manecillas de un aparato mecánico, que te hace llevar una vida mecánica, que te hace pensar y te programa a creer que el tiempo es un recurso con un precio, y que ese precio es el que determina tu valor como ser humano. Valor determinado por un mercado impersonal, que predetermina que quien paga por tu tiempo se vuelve en el dueño de tu vida y de tu mente y adquiere el derecho irrefutable de usar tu fuerza, tu talento, tu experiencia o tu cuerpo, para su único y total provecho.

Imagina un mundo donde aún puedes beber el agua de los manantiales, lavar las legumbres en el apantle, cocinar con leña, donde puedes respirar tan solo aire oxigenado, y no el humo negro producido por millones de carros, billones de cigarros, millares de fabricas escupiendo sus venenos tóxicos a una atmosfera cada vez más peligrosa para toda forma de existencia. Imagina un mundo donde aún puedes despertar con el canto de pájaros y en cuyo cielo todavía puedes ver volar cada día zopilotes en su danza majestuosa buscando sus alimentos, halcones veloces y una que otra águila dorada, para enaltecer tu espíritu y no olvidar que aquí venimos todos para responder al Llamado del Águila. Imagina un mundo en el que, por nuestras acciones colectivas y eco-conscientes, el gran Bosque de Aguas retornase a ser la cuna desde donde puedan de nuevo fluir las aguas limpias para alimentar los ecobarrios que conforman nuestras ciudades verdes.

Imagina que al Consejo llegasen cada día docenas y docenas de niños y niñas, jóvenes y adultos, provenientes de los vecinos municipios y pueblos aledaños, de las escuelas, preparatorias, universidades, para poder conocer de la existencia de otro mundo posible, de una forma de vivir distinta basada en valores que parecieran haberse borrado de la superficie de la Tierra, como la cooperación, el respeto al próximo, como a sí mismo; el amor incondicional, apoyo mutuo, fuerza de la colectividad y la tribu; la belleza natural, sin artificios; el cuidado por la vida y la seguridad del tejido comunitario y social. Y aunque sea por unos instantes, dejar atrás todos los prejuicios que se construyen, que siempre se han construido para intentar desvirtuar la posibilidad de que el paraíso no necesita alcanzarse después de la muerte, sino que se puede construir, aquí y ahora, cuando un grupo de personas, guiadas por sus más altos ideales, como en la escuelita de Ecomundi, deciden manifestar que: “Si somos soñadores, no somos los únicos, y que esperamos que un día te nos unas, y solo entonces el mundo será Uno para todos y para todas.”

Imagina un tianguis donde solo se traen productos sembrados o hechos por las mismas manos que los vienen a trocar, a intercambiar, y que el dinero deja de ser la medida de ese intercambio, porque los humanos acabamos de comprender que los abrazos, el agradecimiento, los servicios, las ofrendas, las ferias de trueque, la reciprocidad, el yo te doy y tú me das y así nos enriquecemos igualmente los dos, el crear códigos de comercio justo, las monedas sociales, las redes de crédito fuera de los bancos, pueden ir transformando poco a poco la lógica del mercado impersonal, basado en el lucro desmedido, en la explotación sin escrúpulos del prójimo, en el desangramiento de los dones de la Madre Tierra. Imagina que todas estas formas de comercio justo nos permiten creer que ese sueño sea posible, que no tenemos que seguir atados a la rueda infernal de la Matrix, los Bancos mundiales, de las deudas, internas y externas, de las tarjetas usureras, de los juegos maquiavélicos de las trasnacionales.

Imagina un mundo en el que en un performance teatral y ritual se recrea ante tu vista, bajo un templo ecuménico multicolor, un árbol de la vida, como un gran avatar, cuyas raíces provienen de todos los bosques de la Tierra, trayendo la savia de todas las culturas de la historia humana, para alimentar el tronco de una nueva especie, una mutación de nuestra especie humana, que es el origen de este encuentro, de este Consejo de Visiones, de este Llamado, y de todos los movimientos formados por personas y grupos ya nacidos con una consciencia planetaria, desde apenas un poco más de medio siglo. Y que en las pocas horas de duración de esa obra de “teatro vivo” (Living Theater), puedas entender que de ese tronco surgen las ramas que te han sostenido, los héroes y heroínas culturales de tu tiempo, con sus historias y testimonios personales de las que tú mismo formas parte, y que te caiga el veinte de tú mism@ eres ya parte de esa historia profética, y que si no eres tronco, ya eres rama, hoja, fruto, semilla de futuros bosques. Y que así como nos pedía el hermano John Lennon que nos uniéramos a su sueño, pues solo así el mundo sería como Uno, basta ese momento bajo una carpa, basta poder visualizar esos tres círculos humanos de abuelos, jóvenes y guerrer@s, tu gran familia, para que tu sepas y recuerdes que siempre fuiste un soñador, y que no eres el único. Y que basta que ese sueño de un mundo como imaginamos todos lo soñemos suficientes veces y seamos un grupo suficiente de personas compartiendo la misma visión, para que ese mundo comience a existir, de la manera como lo estamos viviendo y experimentando cada día aquí en Temiclta.

Y entonces no te será difícil ya imaginar una ceremonia de medicina sagrada, proveniente del desierto, guiada por viejos sabios entorno a un fuego, con un par de centenares de personas comulgando en respeto, a lo largo de toda una noche preparada por el encendido de un Fuego Nuevo en los altares de Malinalco, para comprender que ya no se trata de tripiar a la pendeja, de andar por ahí metiéndose de todo, sino de que los rituales con medicinas naturales solo tienen sentido cuando están realizados de una manera sagrada, con una actitud y con un ceremonial bien cuidado, guiados por gente con una ética y una moral impecable, y que se realizan por personas que tienen un propósito común: visualizar juntos ese mundo en el que queremos vivir, el que queremos dejar a los que vienen.

Y tampoco te sorprenderá imaginar que al amanecer el nuevo sol, naciendo justo detrás del paso nevado donde se dan la mano el guardián Popocatépetl y la guardiana Iztlaccihuatl en Amecameca, bajen de las altas montañas y aparezcan en torno del fuego social de tu aldea ceremonial, un par de docenas de danzantes emplumados, guiados por el hermano y gran guerrero Mázatl, con sus enormes teponaztles, sus huehuetls, sus sonajas, sus caracolas, sus conchas, sus cantos de guerra florida, flor y canto, sus rostros pintados, sus figuras asemejando ocelotes, águilas, jaguares, sus saludos a las cuatro direcciones. Ni te asustará ver que en ese preciso instante el fuego alcance una altura impresionante de más de tres metros, evocando la presencia de un enorme coyote, sentado en sus cuartos traseros, vestido de un manto incandescente de rojos y dorados, de la misma manera que el sol recién apareciendo tras las lomas de Temictla.

No te sorprenderá imaginar a todas las tribus acercarse al gran círculo de fuego, convocadas por las caracolas, para escuchar las alabanzas, danzar al ritmo de los tambores antiguos, dejar el alma cantar siguiendo el rasgar de la concha, unirte con tus pasos a los pasos de los danzantes acariciando respetuosos la piel de la Madre Tierra. Y entonces, invocando al silencio, prepararnos a recibir las palabras de los más caminados, de los jóvenes abuelos, como el obstinado hermano Gerardo, compartiendo el porqué de esta ceremonia, las razones del encendido pleyadiano de este Fuego Nuevo, encendiéndose en los cuatro rincones de Méshiko y del mundo al mismo tiempo. Y observar el paso de un bastón, proveniente de los Andes, de mano del guardián Armando, a las manos del Viejo Coyote Alberto. Y a este observar en silencio el fuego a través de la chakana, y después de saludar al sol, ofrecer su palabra a todos los presentes recordando que en esta misma fecha precisa, 20 de noviembre del 2010, se celebra, ya no tan solo el bicentenario del inicio de las gestas independentistas de México y las Américas mestizas, criollas, indígenas y africanas; ni tan solo el centenario del inicio de las luchas revolucionarias que en estas tierras dejaron tantos sueños e ilusiones sembradas y regadas con sangre; sino que en este mismo día estamos aquí para celebrar el día uno, del año uno, del inicio de una nueva etapa de nuestra historia humana: la de nuestra re-evolución de la consciencia, de nuestra interdependencia con todas las formas de existencia y del nacimiento de una cultura de paz planetaria.

Y una vez esta invocación enviada al Universo y celebrada por el gran Aho! de la Nación Arcoiris, el Coyote Alberto proceder a entregar simbólicamente el bastón andino a un representante de la nueva generación, aquel que más duramente trabajó este último años para mantenernos en contacto unos con los otros y fortalecer la red virtual y real de nuestro Consejo Semilla, con el apoyo de los hermanos mayores Israel, Gerardo y Mauricio, por muchas lunas, retos y dificultades, para honrar al hermanito y joven abuelo Iván Sawyer, y que este recibiese el bastón, con investido de su poder y responsabilidades, ante todos estos testigos provenientes de las cuatro direcciones, y lo levantase y agradeciese, compartiendo sus propias palabras, en nombre de todos sus hermanos y hermanas presentes y ausentes.

Una vez este momento mágico de la ceremonia culminado, orgánicamente se fue formando una cola para pasar bajo de un arcoíris de bambú, para simbolizar el dejar atrás el viejo tiempo de los himnos y las celebraciones de las guerras del pasado, para entrar al nuevo tiempo de celebración de un mundo regido por las artes, la armonía con el mundo natural, social y cósmico, y de un planeta unificado bajo los valores de una cultura de paz, y una vez pasado el puente de colores ir creando el mayor de los círculos que en esa semana se convocaron, abarcando prácticamente todo el valle de Temicltla.

Las manos juntas, como escamas y cascabeles de una gran serpiente, la serpiente de la vida, vimos entonces volar sobre nuestras cabezas al águila dorada, dando vueltas entre los cerros, para confirmar que nuestro intento colectivo estaba siendo escuchado por las fuerzas de la Naturaleza. Y entonces, una pareja tomo en sus manos una bandera de la Tierra, y comenzó a correr a lo largo y ancho del gran círculo, ante los vítores de los presentes, hasta agotarse y pasar el relevo a otra y otra y otra pareja, y de esa manera hacer claro que ese emblema es uno para tod@s, niños, jóvenes, adultos y abuelos. Todos miembros de una misma nación planetaria, la Nación profética del Arcoíris.

Dicen que lo que empieza bien termina bien, así que imagina si puedes un mejor cierre que, al caer de la tarde del 20 de Noviembre, la formación de una mandala humana alrededor del fuego conformada por las diferentes tribus asistentes al Consejo. Los punks, los ecologistas, los sanadores, los artistas, los afro-asiáticos, los jóvenes, los niños, las sacerdotisas, los guardianes de tradiciones indígenas, y cada una de las tribus pasando al frente y ofreciendo al gran círculo un momento, una palabra, un canto, una oración, una manifestación de su esencia, para todos poderlas llevar a nuestros lugares de origen y en nuestros andares para sembrarlas en muchas otras regiones, corazones y mentes abiertas y fértiles, para permitirles germinar y convertirse en nuevos huertos, jardines e incluso bosques de aguas y esperanza.

Y ahora imagina si puedes todas estas imágenes distintas siendo grabadas por docenas de cámaras digitales, desde las más simples hasta las más sofisticadas, para cada quien poderlas llevar a sus distintos círculos, elevarlas en forma cibernética a sus diferentes redes virtuales, a sus facebooks, sus yutubes, sus comunicados personales, sus revistas de Internet, y que incluso tengamos ya en la tribu nuestros propios canales de TV que están mandando la señal del Llamado al mundo de las redes sociales. Y que justamente, sincrónicamente desde Londres llegase Duncan, el reconocido druida y visionario celta, para poder captar la esencia más pura de nuestra reunión de tribus, las palabras de nuestros sabios guerreros y nuestras aguerridas sacerdotisas, los cantos alrededor del fuego y el fuego de los cantos de Moyinei y Roco y del resto de nuestros embajadores musicales en el mundo. Y que todo ello fuese parte de un próximo documental que contribuya a que la humanidad logre dar ese “Giant Leap,” ese gran salto re-evolutivo que precisamos dar como especie para materializar ese sueño en el que todos podamos ser UNO.

Hace 40 años que la vida de John Lennon fue segada por las balas de un psicópata, y sin embargo hoy en día sus mensajes siguen vivos como nunca, y las letras de su himno planetario, siguen alimentando el inconsciente colectivo de las sucesivas generaciones. Seguimos habiendo quienes soñamos con ese mundo que imaginamos, quienes sin meter la cabeza en un agujero, nos damos cuenta de los horrores que se cometen cada día en prácticamente todo el planeta, horrores que sirven de combustible para los medios masivos de manipulación y de control social, para mantener a la sociedad paralizada por el miedo, por el cinismo y la apatía.

Ante tales condiciones, pareciera que imaginar otros mundos posibles, fuese una ingenuidad propia de los ilusos, los utopistas, los forever de siempre. Y sin embargo, para los cientos de nosotr@s que acudimos al Llamado del Águila, así como para los miles, cientos de miles de otros nosotros que andan por ahí sembrando sueños por toda la Tierra, la esperanza volvió a renacer, el empoderamiento y la sensación general y convicción de que “si se pudo”, algo que nadie nos podrá arrebatar, y que por lo contrario nos ha dado la fuerza para asumir el compromiso para volver a levantar el campamento, el poblado de paz del Consejo de Visiones, al menos por los tres años por venir.

Y es que en estos tiempos, recordemos no es suficiente soñar otros mundos posibles, tenemos que despertar antes que nuestros sueños se conviertan en humo o en pesadillas, y hay que acordarse de continuar o comenzar cada nuevo día construyendo la realidad en la que queremos vivir mañana. Tener claro que ésta no se va a construir sola, ni van a venir los extraterrestres o las fuerzas angelicales a salvarnos o a hacer el trabajo por nosotros. Por más que los evangelistas de toda denominación nos ofrezcan la salvación espiritual a costas de nuestra obediencia, nuestra sumisión y un buen tajo de nuestros salarios, si se desata el apocalipsis que tanto proclaman, no habrá iglesia que los proteja de los desastres naturales o sociales que se desencadenen y que nadie podrá controlar.

El paraíso o el infierno, es ahí donde vivimos cada día, en nuestro hogar, en nuestro barrio, en nuestra vida familiar, social o comunitaria, en nuestros centros de estudio o de trabajo, en nuestras instituciones privadas o estatales, y solo depende de cada uno de nosotros, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y abuelos, que ese oikos, esa casa sea el sitio donde se refleja del mundo de afuera. Tomemos consciencia que si nuestro hogar es un campo de guerra, que no nos extrañe vivir en la calle en medio de un campo de batalla.

El Consejo de Visiones de Temictla, fue un escaparate maravilloso en el que pudimos ver reflejadas nuestras mejores intenciones. Y aunque solo duró una semana, siendo el tiempo eterno, la experiencia colectiva fue lo suficientemente real, para recordarnos a tod@s que si pudimos, y que si podremos mañana seguir construyendo, contra viento y corriente, el mundo que queremos heredar a los que vienen.

Y en ese andar, nos seguiremos encontrando. Buen camino para tod@s!!!

Por todas nuestras relaciones

Coyote Alberto

PS: Envío mi más caluroso abrazo, agradecimiento y reconocimiento a los más de 500 participantes al X Consejo de Visiones, y a tod@s los que no pudieron asistir pero que hubieran querido estar con nosotr@s. Si en esta reseña no los nombro a tod@s, no por ello están menos en mis corazones, así que para cada un@, mi amor de siempre, y siempre presentes en todas mis oraciones. Aho!!

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